Todo el mundo (o casi todo el mundo) tiene un mini apartado en su blog, explicando aquellas cosas que les gusta mucho, aficiones, lugares favoritos…
Pienso que es algo bueno, porque hay veces que te identificas con una bloguera (y hablo en femenino, porque casi todas las personas a las que sigo son mujeres) y al menos, a mi, me encanta.
Es lo que me ha pasado ésta mañana. He recibido un mensaje de una chica, explicándome como pronto se convertirán en una familia de siete: una bonita pareja con un hijo que pronto llegará al mundo, y dos gatos que pronto serán cuatro.
Desde mi experiencia, puedo decir que tener animales es precioso (más aún) cuando tienes un bebé. Antes me preocupaba en hacer que la gente lo entendiera. Ahora me da igual. (Confirmo que ser madre te hace pasar de tantas cosas a las que antes les daba importancia…).
No sabéis la gracia que me hace ver a Luca, con sus casi 2 meses y medio, mirar a Bambi (la gata más pequeña y más trasto) para luego reírse a carcajadas. Es algo bonito de vivir, que los niños crezcan con animales puede ser una forma muy sencilla de enseñarles muchos valores.
Otra cosa que me encanta es ver y conocer gente que es feliz consigo misma, que no son demasiado exigentes ni perfeccionistas, que saben vivir en equilibrio. Me gusta rodearme de gente así, ya que es un sentimiento que se contagia más y más. Ser feliz con lo que se es y con lo que se tiene. Darte cuenta de que lo tienes todo. Vivir para hacer felices a los demás. Ser consciente de que ningún problema es realmente importante.
A pesar de ser madre reciente, tengo bastante tiempo libre. No me lo hubiese imaginado nunca. Mientras doy el pecho, puedo leer libros que pensaba que no iba a poder leer hasta dentro de mucho tiempo, o ver películas que tenía grabadas, olvidadas.
La lactancia materna es algo muy bonito, aunque del post anterior a hoy, han habido cambios, y Luca toma algún biberón, pero estamos muy, muy contentos, porque todo está siendo mucho más fácil de lo que podía parecer en un principio.
Como os comentaba, estoy leyendo mucho y viendo películas y documentales que me están enseñando muchísimas cosas (que digan que la televisión es la caja tonta, no siempre es verdad).
A día de hoy me siento con confianza y con mucha tranquilidad, disfruto mucho más de todo, todo lo que hago. Y soy mucho más consciente de las cosas que vivo.
Me encanta pasear por la calle, despertarme con Luca a mi lado por la mañana, durmiendo conmigo a ratitos. Me gustan mucho esos ratitos en que con una infusión y una barrita de incienso, parece que desaparezcan todos los problemas del mundo. Disfruto de mis duchas por las mañanas.
Me gusta ver a Román babear con su hijo, y ver a mi madre con los ojos brillantes mirando a su primer nieto. Me gusta ser madre joven, y saber que tendré mucho tiempo para él.
Me encanta vivir aquí, en esta casa, y me encanta que me encante vivir aquí porque siento que no necesito nada más, y soy feliz de que Román sienta lo mismo. Me gusta entrar a la habitación de Luca, tan chiquitita y bonita a la vez, tan llena de sol. Me encantan esos ratos en los que sé que podré dormir varias horas seguidas, porque siempre seré dormilona :) .
Me encanta vivir.
(Por cierto, en el próximo post pondré fotos de las gatitas, ¡Ya os digo que están guapísimas y muy contentas!)